OLE - Se casa Roman Martinez

Les traigo esta nota de color, que me parecio copada para distender un poco.

Enamorado de la pelota, Román Martínez la agasaja cada vez que juega al fútbol con Tigre. Y quiso dedicarle un almuerzo para declarársele, con Olé como testigo. “Ella es mi amante... Que mi mujer se quede tranquila, je”.

Los gajos lo conmueven, le erizan la piel. En una propuesta de amor puro. Román Martínez, al igual que en el campo de juego, muestra su lado romántico e invita a su compañera fiel a un almuerzo intimo que los lleve a la felicidad plena. Luz tenue, flores, mantel, una vela y dos copas... No falta nada. El no se olvida de ningún detalle, quiere que sea un momento mágico. Por eso, en el living de su casa de San Isidro, sin Estefanía (su esposa), se viste -informal- para la ocasión. Jean, zapatillas y una camisa suelta es el atuendo con el que aguarda el gran momento, el de quedar face to face con la pelota, su gran amor. La mira y se emociona. Se enternece y no la quiere dejar ir, como cuando la tiene en sus pies, desde donde sale el fútbol de Tigre.

Olé es el único testigo de ese enamoramiento. Los jueguitos son caricias, la hace descansar en su pie derecho, se la lleva a la cabeza... Se lo ve feliz, flechado. “La pelota es mi amante”, dice entre risas. “Que mi mujer se quede tranquila: si no estoy con ella, estoy con la pelota”, agrega.

-¿Tanto te atrae? -Es imposible describirlo, porque es una parte de mi vida. Desde chiquito soñaba con esto y hace 27 años que la pelota está en mi casa. En la familia Martínez sabemos lo que es una pelota y la respetamos mucho por todo lo que nos dio. Nos ayudó mucho. Estoy muy orgulloso de lo que logré hasta el momento.

-Y el domingo te reencontrás: volvés a jugar después de la suspensión por una fecha...

-Sí, estoy muy contento. Es muy difícil ver los partidos de afuera. Sufro mucho, me pongo nervioso; es muy estresante.

-¿Por qué? -No sé, quizá porque siento que no puedo ayudar. Estando adentro, sé que voy a poder aportar mi granito de arena. Pero cuando estoy afuera, en las pelotas paradas o en los ataques rivales, me tapo los ojos, no lo miro.

-¿Cuál es la clave del buen juego de Tigre? -Es una idea futbolística que parte del técnico. A partir de ahí cada uno se comprometió tanto a trabar con la cabeza como a pedir la pelota. Igualmente muchas veces jugamos mal y tenemos que meter y correr. También hay que saber jugar de esa manera.

-¿Qué se siente al recibir tantos elogios? -Es lindo que se hable de nosotros y más estar ahí arriba. Igual, sabemos que no ganamos nada y debemos mantener los pies sobre la tierra. No podemos desviar nuestra objetivo: dejar a Tigre en Primera.

-Pensando en cómo empezaron la temporada, ¿si se quedan en Primera es un milagro? -Es algo impensado porque nos daban por muertos. Confiamos en nosotros y nos tendrán que matar para sacarnos de la meta.

-¿Cómo toman la posibilidad de ser campeones y que no les alcance? -Es complicado, pero tratamos de mantenernos al margen. Prefiero estar lejos del campeonato, pero tranquilo en el descenso. Si conseguimos las dos cosas sería fantástico.

-¿Cómo considerás tu aporte al equipo? -Soy un jugador de claridad y algo de juego. Además, intento recuperar en el mediocampo.

-¿Dónde te sentis más cómodo? -Me gusta arrancar con la cancha de frente. Soy un volante ofensivo.

-¿Tu cuenta pendiente es convertir más goles? -Sí, puede ser. Sinceramente, me pongo más feliz cuando hago un pase y termina en gol. Es una sensación muy linda. Eso sí, los últimos goles que hice fueron muy lindos, je.

-¿Te sentís responsable si Tigre juega mal? -Sí, totalmente. Sé que tengo que generar fútbol.

-¿En tu casa puede faltar una pelota? -No... Pero ahora estoy viviendo acá temporalmente porque no definí mi futuro (en junio termina su vínculo) y justo no tengo ninguna, por eso me voy quedar con ésta de Olé .

El fantasma de Galán sobrevuela el living de Román donde, parece, “se ha formado una pareja”.