Ruge, ataca y mata

Ruge, ataca y mata

 Por Alejandro Fabbri

21 de mayo de 2012 | 10:40

A finales de mayo de 2005, Tigre ganaba el ascenso directo a la Primera B Nacional, tras quedarse con los dos torneos cortos, Apertura y Clausura de la Primera B Metropolitana. Reunió la impresionante suma de 93 puntos, producto de 27 victorias, 12 empates y una sola caída, con 72 goles a favor y 24 en contra. Lo dirigía Ricardo Caruso Lombardi y el cuadro azulgrana del Norte bonaerense le sacó 20 puntos a su escolta, Platense.

En aquel equipo se lucieron el goleador Carlos Luna (hizo 24), el defensor Blengio, los mediocampistas Castaño y un joven Galmarini que pedía pista. Tras su retorno a la segunda división, Tigre se asentó en la categoría y ocupó el séptimo puesto en la general, con 55 puntos. En su segunda temporada, el Matador le permitió otra vez armar a Caruso Lombardi el plantel y allí se sumó Román Martínez al mediocampo. Olimpo ganó los dos torneos y subió a la A, pero Tigre se quedó con el torneo Reducido ante Platense y venció en la Promoción a Nueva Chicago, para volver a la máxima división tras 27 años.

Ya no estaba Caruso, había llegado Diego Cagna. Seguían Castaño, Román Martínez, Galmarini, Blengio, más Paparatto, Leone y Daniel Islas. Luna se sumaría de nuevo al año siguiente, tras pasar por Quilmes. Esos jugadores fueron piezas fundamentales para alcanzar el histórico segundo puesto en el Apertura 2007 y en el Apertura siguiente, compartir el primer lugar con San Lorenzo y con Boca, forzando un triangular. Tigre quedó a un gol de ser campeón.

Sin embargo, los 32 puntos de la temporada 2009/10 fueron un problema que no estaba en los cálculos. Sumó 50 en la siguiente y arrancó la actual con 82 puntos, debiendo sumar 60, por lo menos, para ilusionarse con la salvación. Para reforzar el plantel llegó Javier García, el inestable arquero de Boca que recuperó todas sus condiciones, se afianzaron Echeverría en el fondo, el talentoso Diego Morales como conductor y regresó por segunda vez el Chino Luna, para sustituir lo que fue un golpe fuerte: el alejamiento del goleador Denis Stracqualursi, tentado por el fútbol inglés. Traca había convertido 21 tantos y parecía irreemplazable.

El vasco Arruabarrena cerró su gran carrera en Tigre y aceptó ser el DT. Fue llevando al equipo hacia un equilibrio envidiable. Sólido atrás, duro y áspero cuando se necesitaba temple, con fútbol por los costados, la habilidad de Morales y la contundencia del Chino Luna, además del retorno de otro hijo del club, el experimentado Ezequiel Maggiolo.

Tigre arrancó con 82, a 17 puntos de San Lorenzo (99) y a 38 de Banfield (120). A cuatro fechas del final, supera a San Lorenzo y se ubica a cuatro unidades del Taladro. Está puntero y puede descender porque recién pudo asomar la cabeza de los dos últimos lugares en los promedios. ¿Salir de la Promoción? Es posible, si reduce la distancia con el débil Banfield. Impensado para muchos, un rendimiento extraordinario y una fe que mueve montañas.

En la cancha, dejando todo y algo más, están Jimmy Blengio, Diego Castaño, el Chino Luna, Martín Galmarini, aquellos supercampeones del 2005, más Román Martínez, Leone y los que colaboran con semejante esfuerzo. Un grupo fuerte, adentro y afuera. Un Tigre motivado, sólido, que juega para seguir en la A, pero puede salir campeón. Ambiciones que se iniciaron en aquellos años del duro ascenso sabatino y que hoy parecen tener un final envidiable. Tigre ruge, ataca y mata: Luna es su arma más letal. El resto hace lo suyo y la máquina funciona. Muchos tendrían que aprender de su lección. Tercera, segunda y primera. Se puede jugar en distintas divisiones con un objetivo alto. A veces, la vida te da sorpresas.